Acabo de leer en el Blog de Brenner y Fogel, un artículo donde Brenner plantea su preocupación frente a la despreocupación con que últimamente se está considerando a los bugs en el software.
Creo que los 8 comentarios hasta el momento han sido muy interesantes y me han dejado pensando.
Trabajar en una fábrica de software da una visión muy diferente a la del consumidor del software. También ayuda a entender las variadas posiciones que diferentes personas toman frente a esta problemática.
Pero,
Leer el post de Brenner me ha dejado en realidad más dudas que respuestas. Pero sin duda que una cosa queda muy clara: se debe establecer una política de tolerancia mínima que tienda a cero.
Como se rescata de los comentarios, no podemos dejar cosas libradas a la eficacia del departamento de SQA, sino que, como digo siempre: hacer las cosas bien la primera vez, es mucho más barato.