La Lic. Magela Misurraco fue mi profesora de Comunicación Profesional en la ORT.
En este momento entre otras actividades, trabaja en temas de Economía de la Reputación y Balance Social de las empresas y hace poco publicó un artículo sobre RSE en Espectador Negocios que les invito a leer en su totalidad porque es muy interesante.
En su artículo, Magela se pregunta si la Responsabilidad Social Empresaria se trata de un compromiso genuino o solamente de un oportunismo por parte de las empresas. Es necesario hacer una distinción entre lo que es el compromiso y la responsabilidad. De ahí que se habla en muchos países del Balance Social que cuantifica el valor que se aporta a la sociedad: promoción del crecimiento de personal, generación de empleo, políticas de gestión del capital humano, políticas de inclusión (como la contratación de personas con capacidades diferentes) entre otras cosas. Este Balance Social necesita de un Plan de Desarrollo.
Magela me pidió su opinión al respecto y le conté que a este tema siempre lo tuve presente como consumidor ya que muchas ocasiones vi cómo muchas empresas decían ayudar cuando en realidad exigían aportes a sus clientes.
Cuando me inicié en el mundo de las empresas, Rodolfo Oppenheimer me enseñó que las empresas siempre tenían que devolver a la sociedad lo que la sociedad les brindaba. De más está decir que allá por 1995, no se conocía el término RSE y que por lo general todo quedaba en manos de un gerente o de alguna política de Calidad Total.
En la actualidad, las empresas (sin importar su tamaño) realizan acciones inmediatas pero sin evaluar demasiado, sin una planificación en mente y por lo tanto comenten errores. No existe ese Plan de Desarrollo que Magela menciona en su artículo.
Un claro ejemplo de las consecuencias de actuar equivocadamente fue lo que le sucedió a Microsoft y a su buscador Bing cuando ocurrió el terremoto en Japón:
Como ven, Bing a través de su cuenta de Twitter, invitó a sus seguidores a retuitear un mensaje promocional del buscador y por cada retuit, donaría un dólar. Esto fue muy mal visto por los usuarios ya que se hacía marketing a costa de la desgracia ajena sin importar la colaboración).
Obviamente que esto causó una muy mala imagen y Microsoft tuvo que hacer un pedido público de disculpas. Además, donó 100 mil dólares (era el tope de su campaña) sin pedir nada a cambio.
No importa el tamaño de la empresa, este tipo de errores le cuesta mucho a cualquier empresa y un buen Plan de Desarrollo tiene por el contrario enormes beneficios: tanto para la empresa como para la sociedad.