Justin Menkes, Ph.D., es un experto en la preparación de personas para el puesto de CEO. Sus investigaciones lo llevaron a descubrir la Inteligencia Ejecutiva y ha creado una metodología para medirla.
Su último libro publicado por Harvard Business Review Press se llama Better Under Pressure (Mejor Bajo Presión). La finalidad del mismo fue identificar las cualidades que definen a los líderes que se destacan en ese entorno de presión.
La investigación que hizo Menkes para escribirlo se realizó entre 200 personas que tienen un cargo de CEO en corporaciones norteamericanas. Se reunieron sus datos de rendimientos y se los dividió en 3 grupos:
1) Gran éxito
2) Actuación promedio
3) Altamente inefectivos
Durante esa investigación y con el objetivo de clarificar el papel de los factores de liderazgo se hicieron entrevistas psicológicas a más de 60 CEOs (activos y retirados).
Comparto con ustedes cuáles fueron los descubrimientos de esa investigación y de acuerdo a un artículo del propio Menkes que salió publicado en Harvard Business Review en el día de ayer.
Se destacaron claramente tres cualidades presentes en los CEOs con mejor desempeño, independientemente del tipo de industria o trabajo. En el grupo de los “altamente inefectivos”, estos atributos estuvieron casi totalmente ausentes. (Lo cual no es nada raro ¿no?)
Una de las conclusiones más importantes de la investigación de Menkes es que los mejores CEOs son aquellos que se distinguieron y se distinguen por su capacidad de manifestar lo mejor de su fuerza de trabajo.
No se a ti pero a mi me parece algo claro: ¿cómo se puede ser un líder si no das lo mejor?
De acuerdo a los resultados obtenidos fue evidente que esos 3 atributos presentes en los mejores, comenzaron a ser más importantes a principios del siglo XXI.
Estos son las 3 cualidades que todo CEO debe tener:
Optimismo realista
Esto significa tener la suficiente confianza pero sin la presencia de la irracionalidad o el autoengaño.
Es posible fijar y perseguir objetivos audaces que generalmente serían vistos como imposibles pero necesariamente se tiene que ser consciente que los desafíos son muchos y cuáles son las dificultades que se tendrán que enfrentar para cumplir con estos.
¿Alguna vez te pasó que te trataron de loco por querer llevar adelante un determinado proyecto? Seguramente si. Es posible que hasta tu mismo en algún momento llegaras a pensar que ibas demasiado lejos con tus ideas. Si luego de analizarlas bien, considerando pro y contras, seguiste adelante, sufres de optimismo realista.
Subordinación a un propósito
El triunfo profesional es medido por estos líderes en cuanto a su contribución para lograr su propósito. Es decir que su objetivo profesional es su razón de vida. Es por ello que no tienen dudas sobre su propósito final y encuentran satisfacción ocupando sus pensamientos en este.
De allí que la consecuencia del nivel de su trabajo es el resultado directo de la importancia que le dan a su objetivo.
¿Quién no se ha topado alguna vez con un workaholic? O al menos eso parece ser. Ahora bien, ¿no será que esa persona quiere cumplir a como de lugar con sus objetivos?
Cuando son las 3 de la mañana y sigues frente a la computadora ¿tienes claro por qué lo haces?.
Encontrar el orden en el caos
Los problemas de orden multidimensional son estimulantes y se tiene la capacidad de aportar claridad a pesar de los mismos.
De más está decir que hay personas que no pueden trabajar ante el caos: o bien se paralizan, o desesperan perjudicando el ambiente laboral de quienes lo rodean. Conozco más de un caso y realmente la situación no es para nada agradable.
Cuando las demás personas se ven desbordadas, los líderes con esta cualidad, en vez de paralizarse o perder el control de la situación, realizan contribuciones que resultan muy valiosas para perseguir sus objetivos.
Las 3 cualidades mencionadas, suman, según palabras del mismo Menkes, la nueva definición de liderazgo. ¿Tú las posees?
Si tu respuesta es afirmativa ¡felicitaciones! Si tu respuesta fue un no, tengo buenas noticias: estas tres cualidades se pueden aprender.
Ahora bien ¿cómo se pueden poseer estas cualidades?
Hay que aprender acerca de ellas. Estudiarlas lo suficiente como para tomar conciencia de las mismas para poder actuar en consecuencia y sacarles todo el provecho posible.
Tú, como tu vecino o como tu compañero de trabajo, nacieron con un deseo innato para lograr el triunfo. Sin embargo, no se nace con la conciencia de esa necesidad ni tampoco con la forma de hacerle frente. Yo quiero ser el mejor ¿tu no?
Un buen líder tiene que ser capaz de crear un ambiente de trabajo en que cada uno de sus empleados puedan experimentar durante sus 8 horas de trabajo la satisfacción profunda de alcanzar el éxito. Cada uno de esos empleados quiere el éxito. Es el líder que tiene que encender el botón del compromiso que significará que cada uno de ellos pueda desarrollar su potencial.
Quizás uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es que ese liderazgo es recursivo y por lo tanto comenzará en una persona y se hará eco en las demás personas a las que dirige. ¿Por qué? Porque si estamos frente a uno de los mejores líderes, este co-creará su éxito, maximizando el potencial de todos.
¿Qué esperas para encender el botón del compromiso?