Así como he reconocido que voy a extrañar algunas cosas de Chile después de haber vivido allí por un año, también debo reconocer que existen cosas que no extrañaré en lo absoluto. Es más, contento estoy de no tener que verlas, escucharlas ni comerlas más.
Está son las cosas que no voy a extrañar de Chile:
1) Lo mal que hablan los chilenos
No puedo hablar mucho de esto porque no les entendía lo que decían, así que entren a un blog chileno y traten de leer los comentarios. Así hablan. Así de mal hablan. Así de horrible hablan. Y no tienen remedio.
2) El smog
En Santiago los índices de calidad del aire son pésimos. Bueno en realidad se puede pasar de malo a regular y de regular a peligroso. Las comunas pobres son las que lo tienen que soportar más pero la contaminación del aire es un problema de toda la ciudad.
Desde hace varios años se implementó un sistema llamado Restricción Vehicular que hace que determinados días de la semana algunos autos con un final de matrícula determinado no puedan circular. La solución de muchos chilenos ha sido comprarse otro auto con una terminación diferente.
3) La ausencia de lluvias
De las 345 comunas que tiene Chile, 95 han sido declaradas en emergencia agrícola por la sequía que afecta al país.
El gobierno chileno anunció que se bombardearán nubes y se infiltrarán napas subterráneas para enfrentar la creciente sequía, días después de que el invierno altiplánico arrasara con un poblado en la zona del desierto de Atacama.
4) El Transantiago, a excepción de la velocidad
Hace unos años se implementó un sistema de transporte llamado Transantiago. Tiene muchas cosas buenas y muchas cosas malas. Lo mejor que tiene es la velocidad, pero después tiene muchos defectos. El peor, es la evasión. No recuerdo cuanto es el índice de evasión pero andaba cerca del 50%. Eso quiere decir que la gente que usa las micro generalmente no paga. Se accede únicamente con la tarjeta Bip!, similar a la STM y no se puede pagar en efectivo. La máquina tampoco emite boleto. Y el conductor lo único que hacxex es conducir y abrir las puertas. Rara vez vas a ver a un conductor que le reclame a algún pasajero que no pagó.
5) Lo mentirosos que son los chilenos
Nunca le crean a un chileno. Hay un dicho que me enseñaron antes de ir para allá que dice así: «Un chileno es un porteño mal vestido». Y con porteño se refiere a bonaerense, claro. El tema es que allá los porteños son los de Valparaíso, así que uno tiene que andar aclarando.
Pero el chileno es terrible mentiroso y en todos los niveles. Uno de los más clásicos es cuando está llegando tarde, que siempre llegan tarde, y lo llaman por teléfono y atiende en el metro. La respuesta clásica es decir que están a una parada del destino, cuando en realidad están 4 o 5 paradas.
6) El cilantro
Cuando llegué a Santiago noté que muchas guarniciones que pedía en diferentes restaurantes tenían un sabor horrible. Tanto horrible me parecía que terminé pidiendo casi todos los días papas al horno. ¡Eran el único acompañamiento que no tenía cilantro! ¡Hasta a los fideos le ponen cilantro! Puaj!
En lo único que lo tolero es en el pebre porque es tan picante que ni se siente el sabor.
7) La palta
Los chilenos le ponen palta hasta a la sopa y no estoy exagerando. Obviamente que muchas ensaladas la llevan pero también se puede comer en hamburguesas y hasta con panchos (vienesas como le llaman los chilenos)
8) Las naranjas
Me gusta mucho el jugo de naranja y mi desayuno siempre incluye un vaso de jugo. Cuando llegué a Santiago me tuve que acostumbrar que allí las naranjas son ácidas y casi no tienen jugo.
Hola! Yo soy chilena y la verdad no me siento ofendida por tus observaciones, pero quisiera aclarar algunas cosas para no generalizar y porque para quienes no somos originariamente de Santiago, pero hemos vivido o estamos viviendo allí algunas de tus críticas parecen ser más a los santiaguinos que a los chilenos o a Chile.
1) Sobre el primer punto, los chilenos sí hablamos como el orto. O sea, tenemos muchos modismos, nos comemos algunas letras y hablamos excesivamente rápido. Además ocurre que en los grupos sociales que no han tenido buena educación se habla y escribe pésimo (aquí se ve reflejado el problema del acceso a la educación en el país). A esto se le tiene que añadir que la gente «cuica» también habla como el orto, pero no por falta de educación sino porque muchos de ellos tienen una pronunciación horrible, lo que llamamos como la «papa en la boca». En todo caso, creo que la mayoría de los chilenos asumimos que hablamos pésimo, pero en cuanto al exceso de modismos creo nos sentimos orgullosos de ello (puede parecer ridículo), pero se siente como parte de la identidad nacional jajaja. En todo caso, lo peor en materia de habla se ve en Santiago donde se va de extremo a extremo, pero en regiones no es tan extremo y es mucho más uniforme el modo de hablar dependiendo del lugar.
2) Sobre el smog, es innegable el problema en Santiago y también está ocurriendo el mismo problema en algunas ciudades del sur, pero por motivos diferentes. En el sur el problema surge a raíz de la calefacción a leña. Afortunadamente este año elevaron los estándares para decretar preemergencia ambiental y tomar medidas, por lo hubo mayores restricciones aun cuando estabamos en situaciones iguales a años anteriores.
3) La sequía este año fue como el orto. Soy sureña y extraño la lluvia también.
4) Aunque no lo creas, para muchos chilenos de provincia el Transantiago es un lujo si se compara con el transporte público de regiones, pero en general los provincianos consideramos que los santiaguinos son una sarta de llorones (sólo em relación al transporte). Sin embargo, el problema de la evasión es un asco y a la mayoría nos indigna, sobre todo si ni eres de Santiago, porque la plata que se entrega para mejorar un sistema como el santiaguino implica plata de todos los chilenos.
5) Lo de mentirososos, creo nuevamente es más propio de los santiaguinos. Y supongo/espero que no haya sido solo el tema de los atrasos lo que te llevó a una conclusión tan dura. Yo he tenido problemas con los santiaguinos por el tema de la impuntualidad y porque te dicen que es tan más cerca de lo que realmente están. Pero en general, son super «chamulleros» y lo hacen por no quedar mal.
En el sur por lo menos no es tan así, aunque si solemos decir que haremos cosas que después no haremos o inventaremos alguna excusa parabno hacerlo, por ejemplo quedar con acompañar a alguien a algún lugar y después inventar cualquier excusa para zafarse.
6) También me carga el cilantro y es horrible que lo agreguen al pebre o al chancho rn piedra.
7) Las paltas. Jajajaj, sí, somos «secos» para las paltas. Pero creo que ningún chileno entendería tu crítica a un mundo lleno de paltas jajajaja. Las amamos. Son una experiencia orgásmica nacional.
8) Sobre las naranjas, creo que tuviste un error al comprarlas o no preguntaste y en todo caso no tenías porque hacerlo o saberlo. Acá en chile se cultivan como 6 o más tipos de naranjas distintas de jugo o mesa, entonces para conseguir una dulce o de jugo tienes que pedir por ella. En la séptima región se hubieran sentido ofendidos por tu comentario porque allí las cultivan todas y te dirían que fuiste mal asesorado o simplemente no cachaste, pero te lincharían jajaja por criticar sus naranjas.
Saludos!
Hola Gaby,
me encantó tu comentario. Muchas gracias por compartir esas aclaraciones y tus propios pareceres.
Lamentablemente pasé poco tiempo en regiones y es cierto lo que dices. Hablan mucho mejor. Estuve en Viña del Mar, Valparaíso, San Antonio, Puerto Montt y Puerto Varas y creo que el problema fue menor.
De todas formas te cuento que Chile me gusta. Tienen un país maravilloso. Cada vez que vuelvo por vacaciones, me vienen unas ganas locas de volver a vivir ahí. Quizás no en Providencia mismo, sino en las afueras de Santiago. Volver a Montevideo, que aunque están todos los afectos y costumbres que a uno lo hacen sentirse protegido está bueno, también uno se enfrenta a las cosas que no nos gustan de nosotros mismos.
Saludos.
Hola de nuevo, Gaby.
Por cierto también escribí un artículo sobre qué cosas sí iba a extrañar de Chile: https://federicodelossantos.com/2012/03/que-voy-a-extranar-de-chile/
Saludos.
¿y por que los argentinos dejarían mal parados a los uruguayos?
y tampoco entiendo lo de “hermanos” entre comillas….
¿Y no dicen nada de que son alcahuetes? Si bien yo tuve poco contacto con ellos como para poder vivir eso en carne propia, conozco a quiénes sí y me han dicho que son muy alcahuetes y…falsos. ¿Les pasó encontrarse con un chileno así?
Hola Fede,
buenísimo eso que contás de los argentinos. Jeje. ¡Que no se avivien porque nos van a dejar mal parados!
Hay que relativizar todo, tomarlo con pinzas y no dejarse llevar por las generalizaciones.
Pero en esos puntos específicos son ellos mismos que se autodefinen así. Bueno, en el primero se autodefinen, les precupa y no hacen nada por cambair. En el segundo punto, no lo dicen, pero si se lo mancionás, lo aceptan.
Y el que se sienta ofendido, que bueno, se autoanalice. Todos los pueblos tenemos puntos feos y es bueno conocerlos para poder combatirlos. Si es que somos lo suficientemente fuertes.
Un chileno casado con una uruguaya me decía: «Ustedes no quieren a su país. Tienen lugares hermosos y no los promocionan. Y cuando uno les pregunta por su país, lo único que saben es hablar de las cosas malas».
Y el tipo tiene razón.
Saludos y muchas gracias por tu comentario!
Hola tocayo, me hiciste recordar varias cosas de mis meses de trabajo en Santiago en el 2004, coincido en varios items, aunque no sería tan drástico con los puntos 1 y 5 (al menos públicamente, jaja).
Con el grupo de compañeros siempre aclarábamos en cualquier circunstancia que eramos uruguayos, por el acento nos confunden con nuestros «hermanos» argentinos, y con ellos siempre hubo rivalidades históricas, además en ese momento Argentina había recortado el suministro de gas natural a Chile y estaba complicado.
Recuerdo a unos argentinos de otra empresa que estaban con nosotros y decían que eran uruguayos para no pasarla mal! Ahora que trataste a los chilenos de mal hablados y mentirosos, nos van a odiar también, jajaja.
Saludos