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Algunos motivos por los que no debieras ser un emprendedor

Como siempre ocurre, encontré en Twitter un enlace a un artículo que me pareció muy interesante y se lo debo agradecer a @3dgiordano. Se trata, como lo dice el título del post, de algunos motivos por los que algunas personas no deberían lanzarse al mundo del emprendimiento.

Lo leí con mucha atención y afortunadamente para mi, no me sentí identificado con ningún punto. Sin embargo pasaron por mi cabeza un montón de nombres de conocidos que alguna vez fueron emprendedores y se dieron la cabeza contra la pared por no haber considerado estas cosas o porque directamente tenían una visión completamente errónea de lo que era ser un emprendedor.

El post se lo quiero dedicar a Nacho, un amigo que en este momento se encuentra en un revés de su vida de emprendedor y al que le deseo todos los éxitos que se merece ya que un tropiezo, muchas veces, es solamente una de las formas en las que el mundo te dice que estás haciendo más y mejor de lo que el resto de las personas creen que puedes.

Veamos ahora cuáles son los motivos que hay que tener en cuenta antes de emprender:

1) Si esperas cobrar un sueldo todos los meses

Quien deja un trabajo por el cual todos los meses antes del 10 recibe un salario y se lanza al mundo del emprendimiento, sufre mucho este aspecto. Está bien que se sea optimista y se piense que todo va a salir bien, qué se tenga un plan de negocios, que se tengan contactos y hasta quizás algún cliente pero…nunca está demás tener los pies sobre la tierra.

Habrá meses en que es posible que se superen las expectativas de ingresos pero eso no significa que al mes siguiente suceda lo mismo. Puede suceder que hasta no sea posible hacer frente a todas las responsabilidades y ahí es cuando se comienzan a ver a los verdaderos emprendedores. ¿Seguir adelante o darse por vencido?

Recuerdo muy claramente a un emprendedor que a fin de mes comenzaba a lamentarse de la falta de dinero y a quejarse de lo poco que seguramente cobraría el mes siguiente. Su actitud quejosa se repetía mes a mes sin intentar al menos considerar la posibilidad de hacer algún cambio en los gastos de su presupuesto o intentar encontrar la manera de facturar más.

2) Si no eres capaz de trabajar 80 horas por semana

Lejos quedan las jornadas de 8 horas, con todo el fin de semana para disfrutar a nuestras anchas. Muchos equivocadamente deciden emprender entusiasmados por la idea de ser sus propios jefes y de tener la libertad para decidir sus propios horarios. Es quizás una de las peores equivocaciones.

Ser emprendedor requiere el doble y hasta el triple de esfuerzo y quien no esté dispuesto enfrentarlo se sentirá frustrado.

ATENCIÓN: El verdadero emprendedor tiene que llegar a la oficina antes de que llegue el primer empleado, tiene que irse luego de que se vaya el último y un sábado y un domingo son días laborales como cualquier otro. El verdadero emprendedor es el que no se queja del horario y si hay que atender el teléfono 7×24 porque es el servicio que los clientes están comprando, hay que hacerlo.

En cierta oportunidad estuve en contacto con un emprendedor que solía llegar su oficina cerca del mediodía y al poco tiempo de comenzar su jornada laboral se retiraba a almorzar y a veces retornaba a las 2 o 3 horas ya que muchas veces regresaba a su casa para dormir la siesta.

3) Si crees que tener tu propia empresa es más fácil que buscar un trabajo

La persona que piense esto debe creer en el dicho ese que dice “soplar y hacer botella”. Todos tenemos el derecho de soñar en crear nuestra propia empresa, trabajar poco y ganar mucho dinero pero eso en realidad sucede en las películas o en contadas ocasiones.

Nada se consigue sin esfuerzo y sin tropezarse una, dos, tres y cien veces en algunos casos. Si se busca el camino fácil, ese ha de ser el de enviar un currículum y esperar un llamado para una entrevista.

Crear una empresa es muy difícil y uno como emprendedor tiene que aprender desde las operaciones al marketing y las finanzas. Nada se te podrá escapar y menos en los primeros años. Quizás tengas los mejores empleados, pero si no sabes de lo que hablan o lo que hacen, no podrás gestionarlos a que sean valiosos al negocio.

Conocí a un emprendedor que comenzó a trabajar muy entusiasmado sobre todo porque ahora no tendría que levantarse tan temprano para ir al trabajo al que renunció. Las primeras semanas derrochaba optimismo acerca de los futuros negocios y clientes pero en un par de meses se había olvidado de ello y comenzaba a darse cuenta que no bastaba con tener ganas para que las cosas ocurrieran.

4) Si tu empresa no es tu pasión

Nadie pero absolutamente nadie puede soportar hacer algo que no le apasiona, ganando poco o nada y trabajando tantas horas.

Hacer algo que te apasione es muy importante al Emprender. Y es donde debemos diferenciar Emprendimiento de Negocio. A veces se puede presentar un buen negocio donde uno compra algo barato y lo vende más caro, quizás juntando 2 o tres productos. Pero algo que no hay que hacer nunca es ponerse en la piel del emprendedor sin estar completamente apasionado por lo que se hace. Ese emprendimiento tiene que ser tu vida no porque es lo que te da de comer, sino porque es lo que te autorrealiza.

Un emprendedor que conocí no le gustaba mucho lo que hacía su empresa, pero aún así, puso su granero de arena pero apenas aparecía o participaba activamente de las mil tareas de una empresa. Cuando se dió cuenta que la empresa iba mal ya era tarde. Si lo que hacía su empresa no era su pasión, debería haberse dado cuenta mucho antes.

5) Si tienes miedo al rechazo

¿Cuántas llamadas de teléfono, cuántos mails y cuántas reuniones hay que tener para conseguir un cliente? ¿Cuánto cuesta conseguir que alguien confíe en un tu nuevo y desconocido proyecto?

El NO definitivamente no es lindo pero se hará presente en muchas oportunidades. ¡Sería tan fácil que todos y siempre nos dijeran que SI!

Juancho me enseñó alguna vez que “el No ya lo tenés. Así que si vas y preguntás, puede que te digan que Sí”.

Hace ya bastante tiempo tuve la oportunidad de relacionarme con un emprendedor que siempre le veía algo negativo a  a las propuestas comerciales que hacía junto a sus socios o se le planteaban dudas de último momento. Tenía un constante miedo al No y así no se puede crecer.

6) Si no estás convencido de tu idea

Si el emprendedor no cree en los productos que vende y/o en los servicios que ofrece, nadie lo va a hacer.

Si no está realmente convencido de que es algo que puede funcionar, el fracaso está un 99,9% asegurado. La falta de ese convencimiento lleva al poco tiempo a la falta de compromiso y este al desconocimiento de temas propios de la empresa.

7) Si no eres perseverante

A nadie le gusta que no se concreten negocios, que se nieguen oportunidades y sobre todo a nadie le gusta el fracaso. El saber levantarse tras la caída es lo que caracteriza al verdadero emprendedor.

Los que huyen ante la primera piedra que aparece en el camino no sirven para trabajar por cuenta propia.

Yo como emprendedor no puedo decir que sea de ese 5% que ha tenido éxito, sino que del 10% que la sigue luchando. Mi historial de emprendimiento es muy variado y se remonta a mi adolescencia. He tenido muchos proyectos, invertido algunos miles de dólares, elegido socios, conseguido financiamiento, probado diferentes industrias y enfoques. Pero a pesar de todas las pérdidas y todos los reveses, a pesar de todos los “No” y todas las puertas que quedaron cerradas, lo sigo intentando y redescubriendo que todos esos fracasos en realidad fueran éxitos y que emprender va mucho más alla que simplemente hacerse millonario. Emprender es una actitud de vivir, se sea empresario, obrero, artista o estudiante.

8) Si crees que tendrás éxito de un día para otro

Todos conocemos historias de emprendedores que han tenido varias fracasos antes de poder decir que consiguieron lo que tanto querían.

Como dije antes, está bien ser optimista pero no hay que abusar y muchos emprendedores abusan. No está mal soñar pero es mejor hacerlo fuera del horario de trabajo.

9) Si crees que trabajar para ti mismo será muy fácil

Muchas veces hay que ser jefe, cadete, limpiador y secretario de uno mismo.

No se quién puede pensar que hacer todo eso es fácil. Además muchas veces se tiene algún empleado a cargo y aunque se puedan delegar algunas tareas, hay que estar pendiente de que todo esté funcionando correctamente.

Un día me crucé con un emprendedor el cual su jefe le había rechazado una solicitud de aumento de sueldo. Le dijo que cuando él fuera su propio jefe, él mismo podría ponerse su propio sueldo. Tiempo después renunció y formó su empresa, se puso su propio sueldo y se puso a trabajar en los proyectos de su empresa. El primer mes que no pudo cobrar su sueldo porque tenía que pagarle a sus empleados antes, se la bancó. El segundo mes que no pudo cobrar su sueldo porque tenía que pagarle a sus empleados, al Estado, al banco y a otros acreedores, comenzó su crisis.

10) Si no tienes mentalidad de cambio

Muchas personas temen al cambio y aman todo lo que sea perfectamente establecido de antemano. Si es necesario hacer cambios suelen actuar de 3 maneras distintas:

  1. Se paralizan y por lo tanto no cambian pero tampoco continúan con lo que estaban haciendo
  2. Se alteran y dejan de saber lo que significa la palabra priorizar. No saben qué por donde empezar para hacer ese cambio ni cómo cumplir con su objetivo.
  3. Pierden el control y pueden llegar hasta tener actitudes poco profesionales con sus propios clientes.

Una vez me contaron de una emprendedora que enfrentaba los problemas llorando. Un cliente le empezó a marcar puntos con los cuales estaba fallando hasta el punto que su orgullo propio se vió sobrepasado. Adelante de un cliente, de sus empleados y de su socio, empezó a hacer pucheritos hasta que largó el cuajo y sus socios debieron actuar para resolver esa tan incómoda situación.

He conocido a empresarios que estuvieron a punto de perder todo. Pero lo único que no puede perder un empresario, es la serenidad.

11) Si no estás interesado en liderar un equipo de gente

En tu lugar de trabajo has de ser el ejemplo de tus empleados y si nunca ocupaste un cargo en el que tuvieras personal a tu cargo tienes que aprender no solamente a delegar, sino a confiar en tu personal, a trabajar en equipo, en ser el apoyo en el que tu gente acuda cuando lo necesite, aún cuando las cosas no estén funcionando bien.

No puedes sencillamente ponerte el título de jefe y dejar que las cosas funcionen solas o desaparecer cuando todo esté mal.

Por mi parte, de las cosas que con más gusto hice fue liderar un equipo, ayudarlos a hacer cosas que no sabían que podían lograr y sobre todo eso, el día que más contento me ponía era el día de pagos de sueldo. Ese día estaba reconociendo que mi equipo había realizado todo un mes de esfuerzo conjunto que mes a mes nos enregaba la satisfacción conjunta de entregar un producto que ayudara a nuestros clientes. A pesar de lo que muchos pueden pensar, el pago de sueldos nunca lo sentí como una carga sino como un hito en el avance de la organización.

12) Si no eres capaz de tomar tus propias decisiones y te preocupa lo que otros opinen

No solamente se trata de tomar decisiones, a veces hay que hacerlo tan rápido que no se puede analizar la situación como se quisiera. Siempre existe la posibilidad de equivocarse y de hecho ¿qué emprendedor no lo hace?

El temor a lo que piensen los otros no se puede dar el lujo de aparecer. En todo caso hay que aprender a usar las críticas como un incentivo para mejorar cada día.

Luego de años de probar diferentes formas de tomar decisiones, solo llegué a una conclusión: las decisiones que más de demoran son la peores. Tampoco digo que haya que hacer todo de forma impulsiva, sino que a veces una sobreevaluación de las decisiones genera más problemas que certezas. El cliente necesita respuestas rápido. Las ofertas son por tiempo limitado. Las oportunidades se presentan pocas veces y son esquivas. Mi consejo: evalúa rápido, mide riesgos y piensa siempre en un plan de mitigación.

13) Si no conoces cómo funciona el sector o el mercado del negocio que estás empezando

Creer que por tener un producto excelente todo el mundo vendrá a golpear la puerta para comprarlo es un error. Puede resultar que a nadie le importe salvo al emprendedor.

Antes de iniciar el emprendimiento hay que considerar estos aspectos.

Haz un plan de negocios siempre. Dentro del plan de negocios hay que hacer un análisis de fuerzas competitivas de Porter, y es allí en donde te vas a preguntar sobre el sector, competidores y compradores. Cuanto más certeras sean tus respuestas, más cerca de conocer el sector estarás. También es importante que si te interesa un sector pero no conoces de él, busques un trabajo que te acerque a él y lo analices desde dentro.

En mi caso, una vez se me ocurrió que quería poner un Cybercafé. No tenía mucha plata y la inversión sería grande. Por lo cual envié currículums a varios cyber cafés. Meses después me llamaron. Era el último de la lista entre los CV que manejaba el CV que me contrató. Así que trabajé unos meses hasta que me di cuenta que no era negocio para mi y aunque tenía mis propias ideas como manejarlo, no quería perder tiempo en probar.

14) Si no crees en el trabajo en equipo

Si el equipo de trabajo no funciona bien es imposible que el emprendimiento crezca. No hay dudas de que siempre hay un líder pero ese líder no puede creer que tiene el papel más importante dentro de la empresa.

Escuchar, delegar, compartir, son algunas de las cosas que un buen emprendedor hace cuando cree en el trabajo en equipo.

Considero que ningún trabajador puede trabajar solo. Siempre algún tipo de apoyo tiene. Hay veces que el equipo también es demasiado grande. Y muchas veces es muy desorganizado. Les recomiendo que a la hora de elegir un socio, emprendan otros proyectos juntos. Que entiendan en qué se complementan y en que no se pueden ayudar. Podrán estar muy ilusionados, como lo estuve yo en 2009, pero hay que ahondar mucho en eso y evaluar cada uno de los pasos que se den. Y si uno de ellos no favorece la relación y no hay forma inmediata de resolverlo, la sociedad no servirá.

En cuanto a equipos de trabajo, en especial empleados, hay algo que alguna vez me dijeron y es verdad: elige siempre a los mejores. Aunque sean más caros, los mejores son los que valdrán cada peso y por más de lo que les pagues. Los mediocres solo harán que tu equipo sea mediocre. Y también hay que ver en qué es bueno cada uno. Algunos serán buenos en una cosa y mediocres en otra: cada componente del equipo tendrá su mejor posición y quizás con el tiempo pueda ir cambiando de posición, pero a base de experiencia. Ya también hay que evitar esos que son buenos en todo y que no dejan al resto de equipo crecer. Fácil, verdad?

15) Si no puedes permitirte fracasar

El éxito nunca se puede prever, todos lo deseamos pero nunca nadie podrá garantizarlo (si alguien lo hace es un “versero”).

El temor al fracaso es lógico pero ningún emprendedor que verdaderamente lo sea, dejó de tirarse a la piscina aunque la piscina tuviera poca agua.

El fracaso es el resultado más habitual de cualquier emprendimiento. Sólo un bajo porcentaje de los emprendimientos se torna exitoso. Y muchos emprendimeintos pueden parecer fracasos por un lado y éxitos por otro. Es difícil, si, pero si no estás preparado a fracasar y volver a levantarte, deberás dedicarte a ser un simple empleado o un buen desocupado.

Si te parece que esta lista es exagerada compártela con algún amigo o conocido emprendedor y verás que es posible que se puedan agregar algunas cosas más. Seguramente si tú has emprendido tienes muchas experiencias de este tipo para compartir y sería muy bueno conocerlas.


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