Hace unos días precencié una discusión entre 2 personas sobre un tema no claramente definido que me retrotrajo a mi análisis de cómo discutir mejor y mi teoría de que las discusiones deben siempre ser realizadas como una negociación ganar-ganar.
Como el tema entraba sobre las bases de mi filosofía de vida y mis valores, me vi obligado a participar un poco. Por momentos me lo tomé en broma, pero la vehemencia con que los participantes se relacionaban, me hizo disfrutar del momento de una forma más científica, observacional.
Lingüísticamente resalta el hecho de que en español el verbo discutir tiene una connotación negativa, a excepción de cuando se utiliza en el ámbito académico, mientras que en inglés se utilizan tanto los verbos to discuss o to argue. Ambos verbos ingleses tienen una connotación positiva.
Para llevar a cabo una discusión constructiva, se debe establecer un objetivo. Para esto, al menos una de las partes debe consultar a la otra sobre cual es el objeto y el objetivo de la discusión. Quizás fuera mucho pedir solicitar establecer un método común sobre el cual se desarrolle la discusión, pero sería lo ideal.
Luego de tener claro objeto y objetivo, cada una de las partes debe poder establecer su posición de forma completa y sin interrupciones. Los errores más comunes que he visto, son las interrupciones para argumentar ideas parciales. Ninguna persona es sólo un brazo o una pierna, o incluso un rasgo de su personalidad, por lo cual ninguna oración puede ser considerada una idea o un concepto.
Como tercer paso, la empatia es fundamental. Cada participante debe ser capaz de ponerse en el lugar del otro, en el contexto completo del otro y tratar de sentir lo mismo que el otro. Con palabras propias, cada uno debe poder explicar el parecer del otro como si fuera de uno mismo.
El arte de la discusión debe llevar consigo la voluntad de aprender, de aceptar términos medios y de eventualmente cambiar de opinión. Iniciar una discusión sin la voluntad de aceptar estar parcialmente equivocado, es la mejor forma de no poder construir nada productivo. Aunque el cambio no sea inmediato, el aceptar que el argumento del otro es tan valioso como el nuestro es uno de los pasos más firmes para construir.
Luego de establecidas las posiciones se debe ahondar en los orígenes de estas. Puede ser de origen científico, histórico, incluyendo político y económico, moral o ético. El por qué y el de dónde surgen las posiciones son preguntas obligadas.
De todo lo anterior, lo mejor es mencionar hechos comprobables y aceptar su validez. También puede servir buscar nuestra posición dentro de la del otro, de forma de mostrar acercamiento. El acercamiento siempre demuestra compromiso con la causa del otro.
El siguiente paso es la entrevista. Cada participante debe poder realizar las preguntas necesarias para terminar de comprender la idea del otro. Pero la forma en que deben hacerse las preguntas es algo muy delicado y que puede llevar una preparación mayor. Las preguntas no pueden atacar al otro en ninguna forma de doble sentido, y no deben contrastar una posición con la otra.
Aplicar todos los pasos anteriores debe lograr un entendimiento cabal de las partes. Una vez logrado esto el siguiente paso debe ser el ceder posiciones. A diferencia de lo habitual, donde cada parte le pide a la otra que ceda en algo, se debe ofrecer de forma honesta una cesión parcial, o total si fuera el caso, de posiciones.
Es mucho más importante lo que tú me das sin que yo lo pida, que lo que yo te pido y tú me das. Así sea exactamente lo mismo.
Si hay algo sobre lo que han explorado las mitologías modernas, es el hecho de que la resolución de conflictos nace en el entendimiento del otro y en el derecho del otro de pensar radicalmente diferente a nosotros.
Espero que todos quienes lo hayan leído encuentren el valor de poder enfrentar posiciones de forma organizada y constructiva.Espero que yo mismo pueda utilizar este método, que aunque sé que es difícil, lo encuentro perfectamente practicable.
Voy a imprimir este post y guardarlo en la mochila…así, cuando discuta y me interrumpan y me den ganas de darle una trompada a alguien, me sereno, le doy las hojitas y que se pongan a estudiar!! jejeje…
Ahora en serio, muy buen post. Creo poner en práctica casi todo lo escrito aquí…casi…se hace difícil discutir cuando la otra persona se cierra en sus propios pensamientos…
Y sigo comentando porque me molesta que hablen cuando interrumpo!
La discusión es mal usada. A cada parte le importa poco lo que diga la otra, y le gusta tener la ultima palabra como Uruguayos que somos, de ahi las interrupciones. Y la gente no le gusta escuchar, le gusta hablar, le gusta tener la ultima palabra, su palabra y su nombre es el sonido mas bonito que una persona puede oír de acuerdo con Dale Carnegie, quien opina además que las discusiones se ganan cuando son evitdas, y por eso que todavia no termino esta oración, para que no pienses lo que vas a decir y escuches lo que estoy diciendo yo y te acostumbres a no generar ese dialogo interno permanente que hace que quieras interrumpir, y a todo esto, ya te vinieron ganas de hacerme callar? :P